Este libro servirá a cualquier persona, aventurero o viajero, que pretenda desplazarse a esos destinos apuntados, algunos casi ignotos, y quiera conocer cómo se llega a ellos, el modo de vivir en esos lugares, su fauna y su medio ambiente. Y si es un potencial cazador que piense viajar a ese país, encontrará detalles de los recorridos y actuaciones del autor, para cazar en la mayoría de los casos.
Contiene: Tomo I: Cacerías en España. Safaris en Namibia y África del Sur. Cacerías en Alaska, Montañas Wrangell. Cacerías de oso pardo europeo en Yugoslavia. Safaris en Sudán, Rhodesia, Zimbabwe, Zambia, Centroáfrica, en el Ubangui – Chari. Mongolia-Argalis-Ibex-Gacelas. Tres cacerías en British Columbia-Canadá. Belice-América Central-Jaguares y Ocelote. Gran cacería en los territorios del Yukón-Canadá. Expedición al Himalaya-Nepal. México. Asia Central-Kirguizistán. Cacería en Canadá-Alberta. Tomo II: Safari en Sudáfrica, Tanzania y en Las Florestas. Corzos. Canadá. Asia Menor. Océano Glacial Ártico. Pakistán: Ibex y Uriales. Cacerías en Montana y Wyoming. Rusia, Siberia. Isla de Kodiak, Alaska. Cacerías en el Cáucaso. Pumas en Nevada y Utah. Argentina. Viaje a Singapur, la India y cacería en Australia. Kamchatka, Siberia Oriental. Cacería en Irán. Zimbabwe. El rey de la montaña. Cacería en China.
«Nos es fácil escribir algo nuevo sobre esa forma tradicional de cazar en la mitad sur de España, que es nuestra querida montería. Y digo que no es fácil, refiriéndome naturalmente a mi persona, que en este campo de las letras no ha hecho mas que relatar sus vivencias por el mundo venatorio de los cinco continentes. Y para ese oficio, he contado a mi favor, con el exotismo de los países asiáticos, la tremenda aspereza del norte de América y mi gran amor por África. Amén de nuestra vieja y querida Europa de tradicionales costumbres y, nuestras Antípodas donde me impuse la obligación de ir, sin necesidad de hacerlo, pues su fauna es un plagio innecesario y lejano. También conté a mi favor con la riqueza de las diferentes culturas, los tremendos sistemas montañosos que empitonan el cielo, y un sinfín de datos, que fui tomando a lo largo de mis muchos viajes; datos que por si solos son uno más, pero recopilados e incrustados en la estructura del libro, adquieren su propia personalidad hilvanada con el relato correspondiente» (.. de la introducción)…
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