En “Memorias de un viejo cazador” su autor, Carlos Viloca, maestro de monteros, narra una vida, su vida, dedicada enteramente a la caza.
Desde sus orígenes, allá en os años 20, hasta la época actual en que con más de 80 años sigue cazando y presidiendo monterías en Andalucía y Extremadura, la vida y el libro de Carlos Viloca cuentan la evolución de la caza en España, tanto menor como mayor, en toda la serie ibérica que el autor cazó y conoció a la perfección.
La vida de este cazador es un ejemplo de la hombría de bien que deben tener todos los cazadores y del respeto y amor que se le debe a la Naturaleza a través de todas las modalidades de caza en toda España, pues el autor aprovechó sus diversos destinos como militar para cazar allí donde estuviera, desde la caza de patos en el Delta del Ebro o el Coto de Doñana, o la caza de la perdiz en Àvila a las monterías andaluzas.
En las líneas de Memorias de un viejo cazador se confunden caza y amistad porque la caza, además de un Deporte, puede ser en algunas vidas de cazadores un referente ético a seguir.
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